miércoles, 9 de junio de 2010

El afecto es una necesidad primaria para las personas.


El afecto es una necesidad primaria para las personas.

Al preguntamos si el afecto es una necesidad no tenemos ningún problema en responder que sí. Ahora bien, si tratamos de explicar el porqué, nos damos cuenta de que tenemos grandes dificultades para tratar de ofrecer un razonamiento comprensible. Sí, todos reconocemos la importancia del afecto en nuestras vidas pero no tenemos ni idea de lo que es ni del porqué de su importancia. Los llamados "expertos" tampoco nos aclaran nada por largos que sean sus discursos.

Lo que ocurre es que nuestra experiencia cotidiana nos enseña cuanto necesitamos del afecto de los demás, pero hasta la fecha, nadie ha sido capaz de descifrar la verdadera naturaleza del afecto y, en consecuencia, comprender la razón de su necesidad.

Así pues, se puede afirmar que el afecto es imprescindible para la supervivencia de los seres humanos y que tal necesidad no puede sustituirse por ningún otro tipo de recurso. En otras palabras, queremos demostrar que sin una determinada cantidad de afecto, ningún ser humano es capaz de sobrevivir o, lo que es lo mismo, que sin una cierta cantidad de afecto todo ser humano enferma y muere irremediablemente.

Nuestra tradición nos inclina a pensar de un modo poético acerca del afecto, pero, a pesar de que pueda ser muy agradable (o "elevado") pensar así, no nos conduce a ninguna parte. No nos ayuda a comprender su naturaleza y, sobretodo, nos sume en un mar de confusiones y problemas increíbles, convirtiéndonos en unos ineptos para manejar correctamente nuestras relaciones afectivas.

Por el contrario, si somos capaces de "bajar de las nubes", y reconocer que lo que experimentamos como afecto son todos los actos (hechos, comportamientos) por los cuales una persona ayuda a otra, de la forma que sea, proporcionándole protección y conocimientos, resolviéndole problemas, apoyándole en los momentos difíciles, etc., etc., habremos dado un paso de gigante hacia la comprensión y el dominio de los fenómenos afectivos.

No sólo esto, sino que el concepto biológico del afecto encierra toda una nueva forma de comprender al ser humano, que va mucho más allá de los temas tratados en este artículo. De este nuevo concepto se derivan un enorme conjunto de consecuencias que conducen a una nueva psicología como ciencia biológica. Esta nueva concepción la podríamos calificar, sin lugar a dudas, de 'revolución afectiva'.

Porque la clave está en reconocer que el afecto es un hecho físico, real, material y no espiritual. Si somos capaces de ver esto, podemos empezar a analizar los hechos afectivos, a contabilizarlos, medirlos y a establecer hipótesis acerca de sus manifestaciones. De lo contrario, seguiremos en la oscuridad, en las "nubes", y no haremos otra cosa que hacer poesía de dudosa calidad.

En conclusion el afecto es la base de la vida social.